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"La situación está desbordada"

Nuestra Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y Humanidades, Magdalena Fernández, analizó el recrudecimiento de los hechos de violencia escolar a lo largo de Chile y aludió a la implementación de programas especiales de prevención que han dado buenos resultados en otros países.

Martes 18 de junio de 2024

El problema de la violencia escolar

En las últimas semanas hemos visto el recrudecimiento de la violencia escolar en nuestro país. En liceos de Antofagasta, Copiapó, Lota y Puerto Varas estudiantes atacaron a otros jóvenes con armas blancas. El caso ocurrido en el Biobío fue el más grave, ya que la víctima falleció debido a las lesiones. En las comunidades escolares también denuncian que es habitual que alumnos asistan drogados a clases y generen otros inconvenientes. Hace pocos días, además, se supo que estudiantes rociaron con bencina al director del Liceo José Victorino Lastarria, de Providencia.

Resulta claro que la situación está desbordada. Si bien es tarea de los colegios actualizar constantemente los reglamentos de convivencia y establecer sanciones, existen muchos asuntos que no pueden resolver solos, ya que exceden las competencias de quienes integran la comunidad y que se dedican primordialmente a la prevención.

En esa línea, es bueno mirar lo que otros países han hecho al respecto. En Estados Unidos, por ejemplo, hace décadas comenzaron a aplicarse los programas Head Start y Perry Preschool. Ambos están enfocados a garantizar un apoyo y una instrucción integral y de calidad a niños de edad preescolar. Esos menores comenzaron a ser supervisados hace 50 años y el seguimiento hoy indica que desarrollaron mejores habilidades cognitivas y socioafectivas en comparación con quienes no participaron del programa. Además, fueron menos proclives a abandonar la escuela, accedieron en mayor porcentaje a la universidad y redujeron considerablemente su participación en hechos de violencia o delictuales.

Dicho de otro modo, la inversión destinada a la prevención en edades tempranas permitió lograr mejores resultados -y menos costosos- que los obtenidos cuando las medidas se aplicaron de manera tardía. A la luz de los lamentables acontecimientos protagonizados por estudiantes armados a lo largo de Chile, las autoridades competentes debieran considerar este asunto como “tema país” y abordado en conciencia. De lo contrario, seguiremos lamentando casos de estudiantes agredidos -o bien detenidos- por enfrentar sus diferencias de la peor manera.

Magdalena Fernández Hermosilla
Decana Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y Humanidades
Universidad Gabriela Mistral