Miguel Ángel Farías, Director UGM Online Learning. |
Luego de casi un año en pandemia muchas instituciones educacionales tuvieron que adecuar sus métodos de enseñanza y modernizar sus canales de entrega de información y comunicación con sus estudiantes con el fin de cumplir con las medidas sanitarias que se adoptaron para combatir el Covid-19. La Universidad Gabriela también vivió ese proceso.
Así lo cuenta el Director del UGM Online Learning, Miguel Ángel Farías, quien tuvo que enfrentar de manera directa los desafíos que trajo este contexto en donde el distanciamiento físico es un imperativo. Miguel Farías lidera un área fundamental en UGM que da sustento a la educación 100% online o blended y a los programas presenciales que usan como recurso de apoyo plataformas LMS (Learning Managment System o Sistema de Gestión para el Aprendizaje).
¿Cómo pudo resolver las problemáticas a las que se vieron enfrentados en la UGM el 2020 cuando debido a la pandemia las clases presenciales no eran una opción?
Recuerdo que en enero del 2020 comenzábamos el año preparando un plan de capacitación para el 100% de nuestros docentes, con el fin de que estuvieran habilitados para realizar clases online. El objetivo de esto era poder enfrentar de mejor forma lo vivido a fines del 2019 donde muchos estudiantes tenían dificultades para llegar a la sede. Sin duda, no éramos la única institución de educación superior que se estaba preparando. Lo vivido el 2019 dejó aprendizajes que, llegada la pandemia, nos permitió iniciar y dar continuidad a las clases en el formato online. Hubo una capacidad de reacción inmediata.
¿La UGM tenía la capacidad tecnológica para enfrentar aquel escenario?
No solo fue tener las plataformas tecnológicas en óptimas condiciones, sino que debíamos tener a todos nuestros docentes entrenados en el uso de estas tecnologías y planes claros de comunicación para que los estudiantes pudieran acceder a sus clases en forma remota.
Por ese motivo a fines de febrero iniciamos nuestras capacitaciones a la totalidad de los docentes. Además de las tradicionales sobre temas transversales y construcción del Syllabus, se sumaban otros 2 temas. Por una parte, en el uso de Moodle, llamado internamente Campus Virtual, nuestro Sistema de Gestión de Aprendizaje (LMS) en el cual los profesores deberían subir sus clases y actividades, uso de foro, entre otras posibilidades que ofrece esta plataforma. Y, en segundo lugar, el uso de Collaborate de Blackboard, plataforma de videoconferencias que permite clases en forma sincrónica estudiante-profesor, la cual cuenta con funcionalidades como “levantar la mano”, generar “sondeos” o “encuestas”, dividir la clase en forma temporal en “grupos” y poder grabar la clase, lo que es de gran utilidad para los estudiantes que por algún motivo no pueden asistir a la clase online. Cabe destacar que ambas plataformas son de clase mundial, usadas por las mejores universidades que imparten clases en modalidad online.
¿Qué medidas tomaron para que la enseñanza no se viera afectada?
Se activó un plan de contención. Todos los estudiantes y docentes se conectaban día a día en los horarios establecidos en la programación académica previamente informada. Con más de 1.400 conexiones diarias, 700 personas (es decir, 2 conexiones por persona en promedio), 80 videoconferencias al día con una duración promedio de 90 minutos, y 17 participantes por videoconferencia.
No sólo fue clases online, si no que el teletrabajo fue parte del día a día en los primeros meses. Todos trabajando a distancia, supervisando mediante reportes y revisión en plataforma que todo funcionara perfecto. Que los materiales se cargaran en las aulas virtuales, que las grabaciones se realizaran clase a clase, lo que finalmente fue valorado por los estudiantes que no podían asistir, pero también por los estudiantes que habían participado ya que podían repasar una y otra vez las clases en las que tenían dudas.
Tener la oportunidad de que el profesor te explique varias veces lo mismo gracias a las grabaciones es algo que nuestros estudiantes nos comentaban como una gran fortaleza en esta modalidad con respecto a las clases presenciales.
En ese sentido, ¿tenían alguna forma de analizar el funcionamiento de esta nueva modalidad o solo tenían la retroalimentación de los estudiantes?
En un principio tomamos ese feedback, no obstante, no nos quedamos ahí, gracias a reportes que nos proveían de información agregada mediante las plataformas usadas en las clases, estas nos permitieron verificar mediante grandes números que el plan había sido efectivo.
En pocos días empezamos a analizar con mayor detalle. ¿Qué asignaturas habían tenido clases por Collaborate de Blackboard, cuáles habían generado videos, qué cursos estaban usando foros y tenían los materiales cargados? lo que permitió en forma oportuna, mediante una gran red de apoyo desde las Escuelas y Carreras, ir acompañando a nuestros docentes y estudiantes en la adopción de esta nueva forma de estar conectados y aprendiendo.
¿En qué ha centrado el esfuerzo el UGM Online Learning?
Desde antes de la pandemia, UGM dentro de sus lineamientos estratégicos se había planteado el desarrollo de carreras en modalidad online, blended o presenciales. Por lo anterior, ya contábamos con las plataformas y equipos de personas necesarios para esta modalidad.
Hemos venido desarrollando muchas asignaturas que contemplan diseño instruccional en sus contenidos y actividades, lo que permite un apoyo a los profesores en el logro de los objetivos de las asignaturas y que las asignaturas tengan un mayor nivel de asincronismo, es decir, que el estudiante puede conectarse en cualquier minuto a estudiar los contenidos, revisar apuntes, animaciones, infografías y realizar actividades online en el horario que más le acomode, brindando una mayor autonomía y flexibilidad en su proceso de aprendizaje.
La Universidad ha implementado salas híbridas, lo que, ante escenarios de aforo limitado, permiten que el profesor esté conectado con un grupo de estudiantes que están en la sala de clases y al mismo tiempo comunicado con otros estudiantes que permanecen en sus casas.
Si bien hay personas a las que no les acomoda la educación en línea, hay muchas que buscan esta modalidad por la flexibilidad y accesibilidad que entregan, siendo una oportunidad para tener una educación de calidad en zonas que no hay oferta de ciertas carreras presenciales o para aquellos que los tiempos de traslado tienen un efecto importante en su calidad de vida.